miércoles, 14 de septiembre de 2011

Cap de Creus

Bueno esto tendría que haber estado en primer lugar, pero bueno, son las fotos de nuestro viaje a francia, es en Cap de Creus donde dormimos acompañadas por miles de mosquitos cabrones que nos picaron por todo el cuerpo, picor que duró durante 5 días. 








sábado, 10 de septiembre de 2011

La escalera de mi apartamento, es que hasta ella es bohemia, y bohemio el culo que se me va a poner

viernes, 9 de septiembre de 2011

Tras mi vida de burguesa en la parte norte de la ciudad, rodeada de gente francesa y con vidas "normales", donde las calles están limpias y en las calles no juegan los niños, paso al corazón de la ciudad, a la parte vieja donde los vecinos ponen "buena música" para que todos la escuchen y donde los niños pasan toda la tarde jugando debajo de mi ventana. Se respiran nuevos aires. Mi vida en Marsella da un giro de 360º, todo cambia otra vez de perspectiva, me gusta.

En estos momentos vuelvo a estar rodeada de gente conocida, Julian tendido en la cama con pose intelectual mirando la pantalla de su ordenador, yo en la mesa escribo con una tenue luz que alumbra el teclado, de fondo se oye el increible jazz de Gary Willis. Todo parece en calma, por fin unos momentos para mí alejada de las garras absorventes del loco amor francés.


En mi nueva cocinacamacomedorsalon haciendo mermelado de ciruela, junto a ella un ramillete del mejor perejil de Marseille y de las manzanas regaladas

Una taza muy bonita que va a dar color a mi cocina

Este sujetador es mi único superviviente en esta ciudad, unos se quedaron por el camino olvidados en algún lugar de mi casa, y otros fueron devorados por un perro loco

la ventana de enfrente

Mi piso y las vistas








Fotos frescas y palabras pocas

Todo empezó con una beca Erasmus, las últimas plazas de una beca erasmus, los restos mal olientes que los estudiantes empollones de magisterio rechazan. Cuando empecé a pronunciar la palabra Marsella empezó a aparecer gente que se iba a Marsella o que conocía a alguien que vivía en Marsella, en realidad no fue muchísima gente eran igual solo dos, pero ya eran. Así que acompañada por mi maravillosa y estupenda amiga Marina partí de mi "maison" para depositarme en tierras francesas. 

Una vez allí un maravilloso y apuesto caballero francés nos ofreció sus aposentos para pasar la noche y rechazó por encima de todo que nosotras fuéramos una hippies piojosas que durmiéramos en una furgoneta y que nos ducháramos en la playa delante de la mirada de miles de franceses sorprendidos. 

Tras nuestro fracaso en la búsqueda de un buen lugar para aparcar nuestra furgoneta y vivir tranquilas, después de perdernos por la ciudad y de pagar parking y el taxi para poder llegar a mi destino, decidimos llamar al apuesto caballero y pedirle un poco de ayuda. Este nos acogió en su castillo desde dónde controla toda Marsella y nos afreció comida y bebida gratis hasta saciarnos. Nos dejó ducharnos y nos preparó nuestros aposentos con sábanas limpias. Lo único malo que tenía era su dragón (perro) el cual se comía todas las cosas que estaban a su alcance, dejándome sin algunas partes del libro sagrado (diccionario español-francés). 
 
 Maria José mi futura amiga en Marsella (espero) y Yannick mi futuro marido.



 Ahí queda el estilo marselles: para mucha frente muchas gafas, jejeje.





 Toda Marsella desde casa de Yannick.


 Mi obra de arte en "La Cabane du Premier vente de fruits et legumes" de Marseille


Y volando sobre el mar, es lo que tiene juntarse con chulo playas...jejeje